La Historia de Polola, "la Mujer Policía de Ñacuñan"

Una de la mujeres más emblemáticas de la Provincia de Mendoza


Visitamos a Hilda Donaire, mas conocida como "Polola", apodo cariñoso puesto por su madre cuando ella era pequeña. Recuerda que acompañó a su marido que era Policía, Francisco Ruiz Torrazzi, cuando debieron trasladarse al Distrito de Ñacuñan,  siendo muy jóvenes, para que él se hiciera cargo del destacamento policial, pero que nunca se imaginó el protagonismo que iba a tener ella en el lugar.


Reconocida con las Distinciones más importantes que otorga la provincia de Mendoza , su historia ha sido publicada  en los principales medios  Provinciales y Nacionales, sobre su inmenso trabajo en la comunidad de Ñacuñan.

Camino a Ñacuñan

En el año 1968 se trasladó en un camión al Distrito de Ñacuñan, iban acompañados por sus dos hijos y algunos familiares. El vehículo transportaba los muebles de su nuevo hogar. El recorrido para llegar a destino lo hicieron por Vizcachera, para evitar los médanos. En esa época era muy difícil llegar porque los caminos eran intransitables, solo se podía llegar a caballo o en tren, ya que era una zona inhóspita.

Nos comenta: "Cuando llegamos al destacamento, era un ranchito de adobe muy pequeño y precario. Con el tiempo comenzamos a trabajar para mejorarlo, junto a mis dos hijos: José Alejandro de 4 años y Marcelo de Ramón 2 años. Realizamos la limpieza, habían arañas, lagartijas y serpientes. Mis hijos eran pequeñitos, pero trabajan a la par recolectando en bolsas de arpilleras los yuyos. Además teníamos que caminar todos los días en busca de agua, íbamos con los baldes a la estación y de ahí la acarreamos para poder consumir, era una vida muy difícil.


Orígenes de la celebración de la Virgen de Itatí

En ese mismo año que llegamos,  el padre Tulio Pusterla llegó en el tren de pasajeros a Ñacuñan y traía la imagen de "La Virgen de Itatí ". La llevó a la sala de primeros auxilios, la que estaba a cargo de la enfermera Delia López de Martín. Cuando ella se jubiló me dejó a cargo y trasladamos a la virgen a la guardia del destacamento de policía.

Junto con los vecinos y el Padre Tulio fuimos organizando un evento en honor a la Virgen de Itatí, ya que la gente era muy devota, pedía por pan, trabajo, salud y agua, ya que era una zona muy seca.  "En la actualidad es uno de los eventos más grandes de la provincia de Mendoza". Recuerdo que solicitamos que se incluyera en el calendario provincial de festividades por su trascendencia. 

Vocación de Servicio

De a poco, cada vez me involucraba más con la comunidad, y finalmente se cumplió un anhelo que tenía, que era la de ser policía. Años anteriores me había presentado, pero me habían rechazado por tener várices, eso me hizo desmoronar, lloré mucho tiempo.

Un día recuerdo que llegó el avión sanitario a Ñacuñan,   acompañando al médico venía el jefe de la policía de Mendoza y pasó por el destacamento. Su apellido era Iljer,  le comenté mi situación, lo que me había pasado y me pidió los datos para rastrear el expediente y rever mi situación. Por el año 1972 me llegó el nombramiento para ser policía y pude desarrollar mi actividad en Ñacuñan junto a mi marido".


Polola hizo un trabajo inmenso en la zona: fue enfermera, peluquera, radioaficionada, policía. Ayudó a mejorar las condiciones de vida de los habitantes del lugar, organizando roperos comunitarios para ayudar a la gente de los puestos, también impulsó con autorización de sus superiores  la búsqueda de los niños pequeños de la zonas alejadas permitiéndoles acceder a escuelas albergues para que tuvieran un futuro mejor, como dice ella, darles herramientas para defenderse en la vida. Marcó la vida de esa comunidad.

El 31 de diciembre del 2003 se jubiló como Sargento Primera. Ya viuda, vio que su misión había concluido en el lugar. Polola nos dijo “Me fui tranquila, ya lo había dado todo “


En la actualidad Polola, como la recuerdan los vecinos de Ñacuñan,  vive en el Departamento de Junín.

 



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