Raúl Manriques y Aida Martínez transformaron su vida en Santa Rosa con el proyecto apícola “Buen Día"
Una familia que llegó en los años ’80 a Santa Rosa y encontró en la apicultura un proyecto de vida saludable.
Una familia que llegó en los años ’80 a Santa Rosa y encontró en la apicultura un proyecto de vida saludable.
En el corazón de Las Catitas, Santa Rosa, se desarrolla una historia que combina raíces, esfuerzo y pasión por la vida natural. Se trata de Raúl Manrique y Aida Martínez, una pareja oriunda de San Juan que en los años ’80 decidió afincarse en el Este mendocino, donde encontraron un lugar que los acogió y al que hoy consideran su hogar definitivo.
“Llegamos porque teníamos parientes aquí. Viajamos en el recordado tren Zonda y nos quedamos”, recuerda Raúl Manrique, quien en sus primeros años en Santa Rosa trabajó en electricidad industrial y luego en una empresa de servicios eléctricos hasta jubilarse. Con el tiempo, junto a su esposa Aida Martínez y sus hijos Yanina, Mauro y Raúl, fueron cimentando la vida familiar que hoy los une al distrito de Las Catitas.
“La miel, acompañada de limón y frutos secos, es una de las mejores formas de comenzar el día”, aconseja Aida Martínez, quien destaca que este hábito no solo reemplaza al azúcar refinada, sino que además ayuda a evitar la acidez, aporta energía natural para afrontar la jornada y trae múltiples beneficios para la salud.
El matrimonio destaca la evolución en la presentación de la miel: “Antes se usaba envase plástico; ahora la ofrecemos en frascos de vidrio, un paso más hacia lo natural y sustentable”.
Raúl describe con entusiasmo el maravilloso proceso de las abejas y el rol fundamental que cumplen en la naturaleza:
“El apicultor solo acompaña, la abeja hace el gran trabajo. En agosto ya aparece el romero con su pequeña flor perfumada, alimento tanto para las abejas como para nosotros, y en septiembre, con el florecimiento, las colmenas ya están activas”.
Hoy, el emprendimiento “Buen Día” no solo es una fuente de trabajo familiar, sino también una manera de promover una alimentación más consciente y cercana a la naturaleza. En Las Catitas, la miel de los Manriques-Martínez se ha convertido en sinónimo de dedicación, calidad y amor por la tierra que los recibió hace más de cuatro décadas.