Desde el Congreso de la Nación a su Amado Buen Orden

El legado familiar nunca se deja


Emilio cesar Lujan nació en el Departamento de San Martín y creció en el Distrito de Buen Orden del mismo departamento. Este hombre, nos cuenta su sorprendente historia marcada por casualidades en el transcurso de su vida. Desde muy pequeño trabajó junto a su familia en las tareas la tierra y crianza de animales, a los veintitrés años fue a visitar unos parientes a Buenos Aires y la suerte golpeó su puerta: se le presentó una oportunidad  para realizar trabajos de mantenimiento en el Congreso de la Nación.


Emilio comenta que en enero del año 1984  ingresó al Congreso y estaba encargado del  trabajo de mantenimiento del lugar, con el tiempo logró ascender y  llegar a ser ordenanza y tuvo la posibilidad de desarrollar su trabajo dentro  del recinto. Nos comenta que “los que trabajamos en el recinto éramos doce y entramos dos por cada sector, que estaba compuesto por los distintos partidos, así que ingresábamos y le servíamos café, agua o lo que necesitará el diputado, no podíamos salir del recinto ni de Cámara, estábamos sujetos a estar en el congreso”. Pero esto que parecía un trabajo, no lo era, ya que Emilio estaba feliz por esta oportunidad que la vida le permitía vivir.

Resalta que nunca pensó que iba a conocer tanta gente importante por su paso en el Congreso, en todo ese tiempo conoció periodistas, artistas, músicos que pasaban por el recinto, también  atendió a los Presidentes Argentinos desde Alfonsín en adelante.

Emilio  fue  designado para atender en el último mandato de Cristina Fernández a los Presidentes de Bolivia, Evo Morales; Chile, Sebastián Piñera; Brasil, Dilma  Rousseff y de Uruguay José “Pepe” Mujica. 

También fui elegido para atender al Presidente George Bush (hijo) y su comitiva, al finalizar nos mandaron una carta de felicitaciones a todos los empleados  por el servicio brindado, Emilio nos cuenta que todos son excelentes personas y muy humanos a la hora de relacionarse con el personal. 

Pero como sabemos, no todo es color de rosa, entonces le pedimos que nos contara algún recuerdo que no le haya gustado de su trabajo y nos dijo que “algunos momentos  eran muy duro en el ámbito legislativo, cuando se votó en el mandato de Alfonsín, La Ley de Punto Final, fue una noche muy convulsionada con muchos disturbios, la capital parecía una batalla campal, recuerdo que salí a las 18:00 hs. y tomé el colectivo y no se podía andar por las calle”. 


Las sesiones más largas fueron en la presidencia de Juan Carlos Pugliese tuvieron sesionado tres días sin parar, íbamos rotando por turnos para atender, habían sesiones que eran muy picantes  con muy buenos oradores de los distintos partidos políticos, pero uno de los más acalorados era el  caso de César "Chacho" Jaroslavsky, presidente del bloque de la UCR, era muy pasional. Otro que sobresalía de los demás legisladores era José Luis Manzano, tenía una visión muy amplia de todo lo que pasaba, él estuvo en el periodo de Menem. Una de las personas que destacó porque me impresionó lo educado que era fue Dante Caputo, era un señor en todo momento, muy educado, muy correcto en su proceder. De Mendoza recuerdo a  Gerardo Profili, que era del Departamento de San Martín y a un señor mayor de Mendoza, muy bueno, Brizuela.


Pero pese a todo, Emilio está orgulloso de su vida y de las oportunidades que esta le brindó.

Luego de unos años Emilio se jubiló y nos contó que después de esto pensó volver a su lugar natal y vivir una vida tranquila lejos del caos de la ciudad, de los horarios y la aglomeración de personas.

Actualmente vive en su provincia, tiene un maravilloso emprendimiento, una granja y lo más importante… nunca dejó su legado familiar y junto a nosotros pudo recordar hermosas anécdotas de su vida.

Emilio nos deja una hermosa enseñanza, que el legado familiar nunca se deja, la sangre siempre tira aunque el destino nos presente maravillosas oportunidades. Y por último nos enseña que la oportunidades nunca se desaprovechan. 



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