26 de junio de 2020

Portezuelo si

En las últimos meses se ha hablado mucho sobre Portezuelo, la central hidroeléctrica que está lista para ser construida sobre el Río Grande.



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Por Gustavo Cairo

Diputado Provincial


En las últimos meses se ha hablado mucho sobre Portezuelo, la central hidroeléctrica que está  lista para ser construida sobre el Río Grande.


Para tener una dimensión de la obra, el dique tendrá un tamaño cuatro veces superior a Potrerillos. Es entendible que así sea porque implica regular por primera vez el Río Grande, que es el río más caudaloso de Mendoza, con 107 metros cúbicos por segundo. Es un coloso, que aporta el 80% del agua del inmenso río Colorado, uno de los más importantes del país.


Sumados los cuatro ríos mendocinos que le siguen en caudal, llegan actualmente a 62 metros cúbicos por segundo, casi la mitad del caudal del Grande. Aportan a esta cifra el río Mendoza, 22;  el Diamante, 17; el Atuel 14 y el Tunuyán 9 metros cúbicos por segundo.


Con estos últimos cuatro ríos se irrigan actualmente todos los oasis productivos de la Provincia. 

Mendoza, desde siempre, por no tener obras que permitan aprovechar el agua de su río más importante, ha dejado que el Río Grande se vaya en su totalidad al océano Atlántico, sin aprovecharlo en lo más mínimo.


Ha llegado el momento de empezar a utilizar esa agua tan vital para una provincia como la nuestra, que ha basado su desarrollo precisamente en la habilidad para encauzar y aprovechar el agua de sus ríos, ante la falta de precipitaciones.


Esta central permitirá producir energía renovable, sin tener que quemar petróleo como sucede en las centrales termoeléctricas, que también tiene la provincia. Es más, al ser construido con recursos propios de la Provincia, las regalías devengadas quedarán para Mendoza. Esta situación incrementa sustancialmente la importancia de la obra, porque permitirá generar un fideicomiso para la construcción de otros diques, que a su vez incrementen aún más las regalías. Un círculo virtuoso, que Mendoza, una provincia de planificación y trabajo es capaz de aprovechar.


Es por ello, que me llama la atención que algunos sectores de la sociedad civil que supuestamente defienden el agua, se hayan puesto en contra de esta obra, que precisamente implica aprovechar el agua y no derramarla infructuosamente en el océano. Conociendo a algunos de sus actores, descuento que han obrado de buena fe, pero con algunos argumentos realmente desopilantes.


En cuanto a algunos políticos que han salido a expresarse en contra de la obra, me permito dudar de esa buena fe.


Quizás la mezquina intención de quedar bien con su líder de turno, a cargo de la primera magistratura de la Nación o de boicotear a un gobierno provincial de otro color político, los haya llevado a trabajar decididamente en contra de Mendoza. Uno de ellos tuvo hace unas semanas el merecido homenaje como “Pampeano del Mes”, puesto que sus imprudentes declaraciones en contra de Mendoza, su provincia, lo han convertido en figura y tapa de diarios en la provincia vecina.


Todos ellos marchaban en diciembre a favor del agua de Mendoza, cuando según parece el agua les importa muy poco.


Un párrafo final para la actitud de La Pampa, cuyos gobiernos han trabajado intensamente en contra de Mendoza en las últimas décadas. La represa va a ocupar la parte del caudal del río que le corresponde a Mendoza, es decir 34 metros cúbicos por segundo y no tocará una gota de agua que no le corresponda. Además, como ya se ha dicho, se hace con fondos que Mendoza ganó en un juicio a la Nación. Dicho sea de paso, La Pampa ya cobró hace mucho tiempo su parte del juicio, pero los dilapidó en gastos corrientes. Mendoza, que siempre ha apostado al desarrollo y al trabajo, prefirió esta gran obra a gastarse el dinero de manera fácil e improductiva. En cuanto al presidente de la Nación, que ya se puso en contra a los santafesinos con su intento de expropiar Vicentin, espero que no cometa el mismo error con Mendoza, desconociendo derechos legítimamente ganados por nuestra provincia, porque los mendocinos no nos olvidaremos fácilmente de una mezquindad semejante.       

 


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